martes, 12 de mayo de 2009

La libertad de expresión en épocas del narco


Hace algunos días la Relatora especial de Libertad de Expresión de la OEA, Catalina Botero hablaba de la dificultad de ejercer el periodismo en México, debido sobre todo a la falta de protección y de leyes que amparen a quienes ejercen tan noble profesión.
En este país, la movilidad del narcotráfico y la libertad con la que actúan ha puesto en riesgo el trabajo periodístico. No han hecho falta epidemias de influenza para taparle la boca a aquellos medios que se han atrevido a denunciar la actuación de la delincuencia organizada.
En la lucha que ha emprendido el gobierno en contra el hampa, algunos medios y periodistas han sido blanco de los ataques de los grupos delictivos, que no tienen otro propósito más que acallar lo que sucede alrededor de este submundo de lo ilícito.
Sin embargo, los periodistas quedan en medio de dos fuegos: los delincuentes que quieren que se callen para que no esté la vista de todo México en sus acciones y el de las autoridades, que acusan a los medios de comunicación de ser quienes hacen apología de la violencia y quienes han puesto al país en la mira del mundo como un país violento.
Sea cual fuere el caso, es innegable que la sociedad requiere estar informada de lo que pasa en este país. No es posible mantener a la población en la ignorancia de lo que hace, tanto la delincuencia como el propio gobierno para combatirla o descubrir cómo están confabulados y han sido permisibles con los delincuentes.
La labor social del periodismo no está en duda. Hay una responsabilidad y una obligación de informar a la sociedad, ya que ello contribuirá a la verdadera democracia; porque hasta ahora, a pesar de lo que se diga, no se puede hablar de un México democrático y libre. Las deficiencias están a la vista.
Es necesario que las autoridades encargadas de velar por la seguridad de los ciudadanos también protejan los periodistas. Cada día es más peligroso ejercer el periodismo. Hasta ahora no hay un verdadero esclarecimiento de los ataques que ha sufrido la prensa. Los expedientes quedan archivados y amontonados en la supuesta fiscalía especial de la PGR, sin que hasta hoy tengamos un resultado convincente del trabajo que ahí se hace.

Pasos en falso

La semana pasada hablaba sobre los problemas de discriminación a los que se enfrentaron miles de mexicanos por efectos de la influenza. Ahora México trata de salir adelante y revertir la percepción de que traemos en los genes el virus A H1N1. En efecto no lo traemos, pero será difícil que nos crean, con todo y que ya se haya descifrado el mapa genómico de los mexicanos.
Por ello, pareciera que ahora se ha emprendido una campaña para advertir que en Estados Unidos ahora hay más infectados que en México; sin embargo, esto no pasará de ser un intento tibio por revertir percepciones. Queremos ver que Argentina, Perú, Ecuador, Alemania, China, Francia pongan trabas a los norteamericanos para que pisen su suelo o que no dejen aterrizar sus aviones. O que no dejen actuar a Michel Jackson, a The Jonas Brother, Britney Spears o a Madonna en sus escenarios. O que rechacen las ayudas de Obama.

Paso a pasito

Mañana hay cambio de rector en la Universidad Autónoma del Estado de México, Eduardo Gasca Pliego asumirá la rectoría por cuatro años. No se suspenderán las clases en los planteles universitarios y se ampliará el calendario escolar para recuperar los días que se perdieron por la contingencia sanitaria.

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